El pasado sábado día 7 de diciembre, Travel Bike Adventure organizó una ruta para un amable y exigente grupo de amigos que se conoce bien, que está acostumbrado a compartir horas en bicicleta y al que no podía defraudar. La predicción meteorológica auguraba un buen día de sol y nubes con frío más propio de invierno que de otoño y así sucedió. Travel Bike Adventure debía estar a la altura.

El encuentro tuvo lugar en Cogollos de Guadix, un pueblo de la zona norte de la provincia de Granada, que está a unos kilómetros de la capital. Se partió de allí sobre las once de la mañana con la idea de estar de vuelta a las tres y media para comer según la reserva concertada. Se optó por no salir más temprano buscando una temperatura algo más cálida pese a la proximidad de nieve en los alrededores.

El grupo contento y compacto inició la travesía a un buen ritmo que permitía avanzar con ligereza y amena conversación, haciendo una primera parada en el mirador de Jerez del Marquesado, desde donde se pudo divisar esa localidad enclavada en un valle que también alberga algunos cerros desdentados por la erosión forzada de la minería e incluso vestigios de los edificios construidos hace años para su uso en tales menesteres. Precioso valle que quedó atrás al seguir subiendo por pista hasta adentrarnos en el bosque de pinos a través de sinuosas y preciosas veredas mágicamente interminables; subir y más subir con máxima concentración para evitar una inoportuna caída en las serpenteantes, juguetonas y casi infinitas veredas. El grupo, ordenado según tiene por costumbre en función de las habilidades de cada componente se movía a un ritmo alegre, divertido y respetuoso, concentrándose al término de cada tramo.

Bruscamente nos tropezamos con un cortafuegos repleto de piedras abruptas y sueltas que con cierto esfuerzo sortearon todos los bikers y por suerte no hubo necesidad de terminar, pues enseguida pudimos tomar otras veredas del mismo estilo hasta alcanzar una pista de unos cinco kilómetros y un desnivel del 15 % que nos llevaría al refugio conocido como “El Postero”. Aquel precioso lugar sería el punto más alto de nuestra azarosa ruta y desde el que las espectaculares vistas a la cara norte de las magníficas cumbres de Sierra Nevada dejaron al grupo estupefacto, casi parecía que podías tocarlas con las manos; las nubes bajas ayudaban a crear un ambiente envolvente y mágico.

Después de un tentempié en el bonito restaurante del lugar, reanudamos la marcha no sin antes colocarnos todas las protecciones que habían subido con nosotros en nuestras respectivas mochilas. Comidos, hidratados y protegidos empezamos a bajar una vereda tras otra a toda velocidad y con mucho control, reagrupándonos al final de cada tramo y compartiendo unos instantes de excitados comentarios provocados por la adrenalina y la belleza del lugar.

Como colofón y para deleite de nuestras sensaciones, cuando finalizábamos el tramo de pista que desde la última vereda nos llevó al pueblo para comer, un macho de cabra montés quiso dejarse ver pero no fotografiar, y así, satisfechos y emocionados llegamos al restaurante Los Mellizos donde  nos agasajaron con ricas viandas y bebidas del variado gusto de los comensales, que entre risas y sonrisas comentaban la travesía comprometiéndose a repetirla a la menor oportunidad.

Travel Bike Adventure agradece la confianza dada por este amable, variado y divertido grupo.

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