Gracias al éxito de la ruta del pasado día 7 de diciembre, Travel Bike Adventure organizó para el mismo grupo de amigos una nueva escapada con sabor a Navidad, y así, una semana después, sábado día 14 de diciembre, partimos desde Granada para recorrer algo más de 60 kilómetros de distancia con un nivel medio/alto de exigencia técnica en algo más de cinco horas, con final feliz en el Mercado de San Agustín para celebrar un tercer tiempo navideño.

Los bikers, que ignoraban el itinerario, expectantes y alegres se dejaron llevar, si bien, al ser todos granadinos no pararon de elucubrar durante el primer trayecto hasta llegar a las inmediaciones del pueblo de Quéntar, al que ni siquiera vimos de lejos y al que llegamos por caminos y veredas, salvo un pequeño tramo de carretera imposible de evitar de unos kilómetros. Seguimos subiendo, ahora por pista de tierra blanca y seca bastante rota, dejando siempre a la derecha y al fondo las altas cumbres de Sierra Nevada y delante, más cerca, la parte alta y boscosa de la sierra del pueblo, cubierta por el variado colorido propio de finales de otoño que va desde el amarillo al rojo pasando por varios tonos de naranja.

Adentrándonos en zona de pinos y encinas el grupo se llevó una gran sorpresa al llegar a las denominadas “Canteras de Beas” o “Canteras de Quéntar” – hay quien las llama de los dos modos por no saber bien a qué jurisdicción pertenecen-. Impresiona encontrarse de repente en un paraje completamente blanco como cubierto de nieve pero sin sensación de humedad, enseguida aprecias el frío muy seco en la cara, la arena blanca, la falta de vegetación en ese inmenso círculo de paredes altas atravesado por un camino que parece no ir a ninguna parte, como si la vida se hubiera extinguido por completo y nosotros fuéramos unos supervivientes.

Dejadas atrás las canteras el bosque nos rodea alto y frondoso; por el camino de tierra llevaremos un ritmo alto al tiempo que admiraremos la densidad del pinar salpicado de encinas, y después de tomar altura la pista se convertirá en veredas repletas de dubbies  (sucesión de olas), uno tras otro nos harán casi volar, sonreír y hasta gritar “guau” “vamos” “sí”… La última vereda se convertirá nuevamente en camino y los dubbies se harán más grandes y los vuelos, sonrisas y gritos se acompasarán. Finalizados y reagrupado el grupo, la sensación ha sido maravillosa, una mezcla de juego peligroso y diversión.

Pero aún hay más. Por pista subiremos de nuevo, haciendo una pequeña parada en un mirador desde el que se ven las altas cumbres de Sierra Nevada, para tomar altura en busca de una vereda muy técnica con piedras clavadas o sueltas, más grandes o pequeñas que sorteará el grupo según habilidades, algunos hacen a pie pequeños tramos, pero pese a la dificultad que entraña se llega hasta la final para desembocar en un camino que nos llevará en pocos minutos al pueblo de Beas de Granada, allí una parada técnico refrescante nos dará fuerzas para hacer unos kilómetros de vuelta a Granada.

Y así, por caminos que cruzan varios tramos del Río Aguas Blancas y pasan por el paraje de Jesús del Valle y el Llano de la Perdiz, circundamos los alrededores de la Alhambra y bajamos muchos tramos de escaleras del barrio del Realejo para acabar en el Mercado de San Agustín donde fuimos agasajados con un delicioso festín como los bikers del grupo merecían, quedando más que satisfechos según sus propias palabras, y nuevamente deseando volver a repetir cuando también hubiera ocasión; la ruta les había parecido bonita, divertida, exigente y llena de contrastes.

También Travel Bike Adventure queda nuevamente agradecida al grupo por haber aceptado participar en el evento navideño.

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